La llegada de la fibra óptica a tu pueblo marca un antes y un después en la forma de conectarse al mundo. Gracias a proyectos de despliegue como los que llevamos a cabo en Fibritelia, cada vez más hogares disfrutan de una conexión rápida, estable y preparada para el futuro.
Pero, ¿qué pasa si después de la instalación notas que algo no va del todo bien? A veces los problemas no están en la red general del pueblo, sino en la propia instalación dentro de la vivienda. Por eso, aquí te dejamos una guía sencilla para comprobar si tu instalación de fibra funciona correctamente y qué pasos seguir en caso de detectar alguna anomalía.
1. Haz un test de velocidad fiable
La forma más rápida de comprobar el rendimiento de tu conexión es realizar un test de velocidad.
- Conéctate con un cable de red directo al router (evita hacerlo por WiFi).
- Accede a páginas de confianza como speedtest.net o similares.
- Comprueba tres parámetros:
- Velocidad de descarga (download): lo que tardas en recibir datos (ejemplo: ver vídeos, descargar archivos).
- Velocidad de subida (upload): lo que tardas en enviar datos (ejemplo: subir fotos, videollamadas).
- Latencia (ping): el tiempo de respuesta de la red, clave para juegos online o videollamadas.
- Velocidad de descarga (download): lo que tardas en recibir datos (ejemplo: ver vídeos, descargar archivos).
Si las cifras son muy inferiores a las contratadas, es señal de que algo puede estar fallando.
2. Observa el estado de tu router
El router es la puerta de entrada de la fibra en tu casa, así que conviene revisarlo:
- Comprueba que las luces indicadoras están en verde y fijas (según el modelo, podrían parpadear ligeramente).
- Si hay luces rojas o apagadas, es posible que la conexión no llegue correctamente.
- Reinicia el equipo desenchufándolo unos 30 segundos y volviendo a conectarlo.
Muchas veces, un simple reinicio puede solucionar pequeñas incidencias.
3. Detecta síntomas de pérdida de señal
Algunos problemas son fáciles de identificar en el día a día:
- Cortes frecuentes en videollamadas.
- Vídeos en streaming que cargan a baja calidad o se interrumpen.
- Juegos online con mucho “lag” o retraso.
- Zonas de la casa donde el WiFi apenas llega (esto no siempre es culpa de la fibra, sino de la cobertura del router).
Si estos problemas son recurrentes, es importante analizar si provienen del interior de la vivienda o de la red general.
4. Revisa la instalación física
En una vivienda, la fibra llega a través de un cable muy fino y delicado que termina en una roseta óptica o directamente en el router. Comprueba que:
- El cable no está doblado de forma brusca ni aplastado detrás de muebles.
- La roseta o el punto de conexión no presentan daños visibles.
- No hay empalmes caseros ni alargadores inadecuados.
Una mala manipulación puede afectar seriamente la señal.
5. Qué hacer si detectas problemas
Si después de estas pruebas confirmas que algo no va bien, lo mejor es:
- Contactar con el servicio técnico de tu operador para descartar incidencias generales en la red del pueblo.
- Pedir que un técnico revise tu instalación doméstica si los problemas persisten.
- Evitar manipular el cableado por tu cuenta: la fibra es muy sensible y requiere herramientas especializadas para su reparación.
En Fibritelia nos aseguramos de que la infraestructura que instalamos en cada municipio sea de calidad y esté preparada para soportar las necesidades de todos los vecinos. Aun así, siempre puede haber pequeñas incidencias en el interior de las viviendas, y detectarlas a tiempo es clave para mantener tu conexión en perfecto estado.
En resumen
Comprobar que tu instalación de fibra funciona bien en casa es más sencillo de lo que parece: realiza un test de velocidad, revisa tu router, detecta posibles pérdidas de señal, inspecciona el cableado y, si lo necesitas, pide ayuda profesional.
La fibra óptica es el futuro de la conectividad, y en Fibritelia trabajamos para que llegue a todos los rincones, con la garantía de que cada hogar del pueblo pueda disfrutar de una conexión estable, rápida y segura.